La oposición boliviana sigue los pasos de la derecha venezolana

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-22 09:30:52

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Foto: Archivo.

Por: María Josefina Arce

A medida que se acercan las elecciones generales de octubre próximo en Bolivia, la derecha va generando nuevas tácticas para impedir la reelección del actual mandatario Evo Morales. Ahora siguiendo el mismo guión que la oposición de Venezuela ha pedido la intervención de Estados Unidos en el estado plurinacional.

La solicitud, contenida en una carta al presidente norteamericano, Donald Trump, fue hecha por varios políticos opositores como el candidato presidencial por la Unidad Nacional, Samuel Doria, quien ya había hecho la misma petición en 2006 aprovechando sus vínculos con la embajada norteamericana.

Las autoridades bolivianas denunciaron que los opositores no han dejado de conspirar y aceptar el dinero de Estados Unidos para desarrollar acciones desestabilizadoras en la nación, crear caos en la sociedad y propiciar de ese modo, una intervención de Washington.

Lo mismo que acontece en la cercana Venezuela, objeto de una guerra económica puesta en marcha por el gobierno de Trump, de acciones violentas promovidas por la derecha y de, incluso, la autoproclamación ilegal de un presidente, afín a los intereses norteamericano y de la oligarquía.

Incapaz de dejar atrás sus intereses personales y de articular un programa de gobierno a favor de las mayorías, como ha hecho desde su llegada a la presidencia Evo Morales, la oligarquía boliviana busca retornar al poder, al neoliberalismo, a aquella Bolivia de gran inestabilidad social y política, donde los golpes de estado eran algo cotidiano.

Vender el país al mejor postor y llenar sus bolsillos es el objetivo de la oposición boliviana, a la que no le interesa el bienestar del pueblo y menos aún la soberanía de su país.

Y para ello no han dudado en aceptar el padrinazgo de Estados Unidos, que bajo el mandato de Trump ha vuelto a centrar la mirada en Latinoamerica, a la que quiere recuperar para volver a imponer su hegemonia.

Evo Morales es un obstáculo para sus fines y han buscado por todas las vías desacreditar su imagen, minimizar los logros de su gobierno e intentar presentar como ilegal su reelección, avalada por el Tribunal Supremo Electoral del país.

Incluso la ONU ha manifestado que se debe respetar el fallo del órgano judicial, al tiempo que ha subrayado que la población es libre de escoger a sus gobernantes.

De la mano del MAS, Movimiento al Socialismo, la nación marcha hoy al frente de Suramerica en crecimiento económico, cercano al cinco por ciento, y es también un referente en la reducción de la pobreza, gracias a los programas sociales puestos en marcha por el gobierno.

Bolivia igualmente recuperó sus recursos naturales, especialmente los hidrocarburos, cuyas ganancias se destinan en la actualidad a elevar el bienestar y calidad de vida de todos los ciudadanos.

El estado plurinacional es hoy también respetado a nivel internacional, sus avances en distintos aspectos y sobre todo, sus acciones soberanas a favor de la paz y seguridad internacional, la convierten en un interlocutor a tener en cuenta.

Todo eso quiere derribar la derecha boliviana, que se ha prestado al juego político de Estados Unidos en la región, pues su interés es volver al poder y obtener jugosas ganancias, aunque ello signifique la pérdida de la soberanía y el retorno a una Bolivia pobre y hambrienta.



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