México en la mira

Editado por Maite González Martínez
2020-06-20 07:00:42

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Foto/ Diario Basta

Por: Guillermo Alvarado

La derecha neoliberal de México, caracterizada por su voracidad, corrupción y alineamiento a las ambiciones de Estados Unidos sobre nuestra región, está aprovechando las dificultades creadas por la pandemia de Covid-19 para socavar la autoridad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es verdad que los daños ocasionados por esta enfermedad en el hermano país son enormes, con más de 160 mil casos y cerca de 20 mil fallecidos, pero no se puede responsabilizar a esta administración de manejar mal la crisis.

Las necesarias medidas de aislamiento estancaron inevitablemente la economía, que este año podría sufrir una baja del diez por ciento del Producto Interno Bruto y la pérdida de por lo menos un millón de empleos.

Resulta, sin embargo, muy oportunista achacar las dificultades del país al actual gobierno, al que pretenden expulsar por medio de una maniobra que incluye quitarle la mayoría a la coalición Morena en la cámara de diputados en 2021 y aplicarle al presidente la Revocación de Mandato en 2022.

Según denunció el mismo López Obrador, en el complot hay varios antiguos mandatarios, políticos de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, cámaras  empresariales, corporaciones transnacionales y medios de comunicación alineados con el gran capital.

Aunque algunos han pretendido desmarcarse de esta trama, lo cierto es que desde que el presidente ocupó su cargo ha sufrido constantes ataques, justamente de los responsables de lo que México está viviendo en estos días.

El país que recibió López Obrador estaba endeudado y la mayor parte de sus riquezas en manos privadas, nacionales y extranjeras, en un proceso que, más que una privatización, fue en verdad una desnacionalización.

La telefonía, la televisión pública, la administración de plantas de electricidad, los aeropuertos, el ferrocarril, las carreteras, las comunicaciones y la banca fueron vendidas a precios ridículos y el único “beneficio” que le quedó al país fue contar con un nuevo grupo de grandes millonarios.

En su libro La Salida, López Obrador pone como ejemplo el caso de Petróleos Mexicanos, que no lograron privatizar, pero la convirtieron en exportadora neta de crudo para después importar gasolina y otros carburantes, con el pretexto de que era más barato comprarlos afuera que producirlos en el país.

Además, cada vez que una de las empresas privadas quebró o entró en crisis, como pasó con la banca, el Estado mexicano las rescató con dinero público.

A López Obrador le entregaron una nación quebrada, económica y socialmente, sumida en una violencia extraordinaria, y ahora la derecha neoliberal tiene el descaro de pedir su salida por esos mismos motivos, escudándose en una pandemia que daña a todo el mundo.



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