Imagen / Estudios Revolución

Por: Roberto Morejón

Las autoridades cubanas utilizan todas las potencialidades de la atención primaria de salud y de las organizaciones de masa, a fin de  contener contagios por la COVID-19 .

La mayor de las Antillas aplica una estrategia abarcadora ante la alta dispersión del virus en varias provincias. 

Todas no afrontan la misma situación con el nuevo coronavirus, de ahí el énfasis en aplicar mecanismos  según las particularidades.

Es cierto que las lecciones aprendidas en algunas provincias son útiles para el resto, pero sería desacertado eludir las singularidades.

Junto a ese examen se lleva a cabo el de los protocolos aplicados en el enfrentamiento a la pandemia, en la búsqueda de posibles resquicios, por donde penetra la enfermedad de origen respiratorio.

En La Habana la situación es más preocupante por presentar el mayor número de casos positivos y la mitad de los contagiados en el país.

El Ministerio cubano de Salud Pública tensó aún más sus estructuras a pesar de que lleva más de un año en una labor casi sin descanso por la extensión de la pandemia.

La tercera oleada de COVID-19 persistió más de lo esperado en el inicio de año, a pesar de todos los esfuerzos, y son necesarios más fuerzas y recursos.

De ahí que entre otras alternativas se apelara en La Habana al reforzamiento de directivos en sus 82 áreas de salud y de los consultorios del médico de la familia.

El país también recabó ayuda de los órganos del Poder Popular, en especial los delegados de circunscripción, para respaldar la estrategia sanitaria.

Un lugar en esa cooperación tienen las bien estructuradas organizaciones de masa, cuyos miembros han sido llamados a ejercer mayor control para, junto a los especialistas de salud, lograr el aislamiento estricto de personas con Covid-19, cuando lo cumplen en sus casas.

Nadie debe violar el confinamiento recomendado por los médicos porque NO solo se trata de salvar la vida del enfermo sino la de familiares y la comunidad.

Como tantas otras veces durante la pandemia se requiere también de esas organizaciones de masa para asistir en sus domicilios a los pacientes por la COVID-19 , a quienes les deben llevar alimentos y medicamentos.

Con mayor exigencia, rigor, ejercicio solidario y responsabilidad individual para persistir en el necesario distanciamiento físico y la máxima higiene, Cuba podrá contrarrestar el nuevo desafío presentado por el contagioso padecimiento.