Gobernador Gavin Newson acusa a Trump de abuso de poder. (Foto: libero.pe)

Por: Alfredo García Almeida*

En los últimos días, la ciudad de Los Ángeles (la segunda más poblada de EEUU) ha sido el centro de una invasión sin precedentes. De un lado, la Administración Trump. Del otro, grupos de manifestantes enfrentados a las redadas del ICE, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas y las autoridades estatales, con el gobernador Demócrata, Gavin Newsom, liderando la protesta. El motivo han sido los operativos para capturar y deportar a miles de personas, en barrios que tienen una población hispana del 70 o el 80%.

A finales de 2023, durante las primarias de su partido, Trump calificó en un mitin de Iowa, las ciudades de Los Ángeles, Nueva York y Chicago, de “madrigueras de delincuencia” y que si bien en el pasado le habían parado los pies, eso no volvería a ocurrir: “La próxima vez, no voy a esperar. Una de las cosas que hice fue dejarlos dirigir para demostrar lo mal que lo hacen. Esta vez no tenemos que esperar más”, dijo a su público. “Ya he estado en esta situación antes y seguí todas las reglas esperando a que los gobernadores me pidieran que enviara a la Guardia Nacional, pero no lo hacían. En Minneapolis, la ciudad estuvo en llamas durante siete días”, ha insistido el pasado martes desde el Despacho Oval.

Según expertos, lo que está ocurriendo es la oportunidad soñada por la Casa Blanca, para apuntalar el poder, ir contra ciudades santuario, agitar el miedo al “invasor extranjero” y eliminar a un rival demócrata, con un choque abierto, contra un Estado que es históricamente demócrata, con el elemento central de su discurso político: la inmigración, las deportaciones y la “izquierda violenta”.

Está demostrado que nada satisface más al votante republicano y en concreto al “trumpista”, que una montonera intentando deportar a personas, en medio de disturbios, manifestantes enmascarados y saqueos. Según sus críticos, Trump, está declarando emergencias falsas para expandir así sus poderes, socavar la Constitución y destruir las libertades civiles.  “Si todo es una emergencia, desde la economía al fentanilo, de los aranceles a la educación, todo es extraordinario y requiere medidas extraordinarias. Si todo es excepcional, acaba desembocando en un estado de excepción”, aseguran los especialistas. Sin embargo, para la Casa Blanca: “El presidente está usando legítimamente su autoridad ejecutiva, como lo demuestran sus numerosas victorias en los tribunales, para brindar resolución y alivio al pueblo estadounidense”.

La tendencia invasiva de Trump no es nueva. Durante su primer mandato, el magnate-presidente, consideró en varias ocasiones la posibilidad de desplegar tropas en territorio nacional. Bien para reprimir las protestas o para controlar la delincuencia. Sus asesores en aquel momento lograron disuadirle. Pero hoy su equipo está formado por fieles incondicionales y por eso además de 4.000 miembros de la Guardia Nacional, ha activado a un pelotón de 700 Marines, algo que las autoridades de California han recurrido ante los tribunales acusando al presidente de “abuso de poder”.

*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.