Estados Unidos: Elecciones en terapia intensiva

Editado por Maria Calvo
2016-10-21 11:20:05

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por  Nicanor León Cotayo

Su tercer y último debate presidencial recordó más la riña en una taberna cervecera que entre dos aspirantes a la Casa Blanca. Sobre todo por la actuación del multimillonario republicano Donald Trump.

Pese a que algunos lo tacharon como “más de lo mismo”, hubo expresiones dignas de ser archivadas para la historia.

Sin lugar a dudas, la más contundente de todas fue cuando Trump no descartó impugnar los resultados de estos comicios.

Días atrás había llamado la atención –y hasta sorprendido- que la OEA insinuara el posible envío de “observadores” a ese espectáculo.

Además, como escribió Alfonso Chardy, periodista del Nuevo Herald, todo va transcurriendo en presencia de un debate marcado por acusaciones personales.

Este miércoles ambos candidatos presidenciales en su tercera controversia pública abordaron también asuntos migratorios, comercio internacional, aborto y el trato hacia las mujeres.

Pero el impacto mayor giró en torno a la advertencia formulada por Trump en el sentido de no garantizar su reconocimiento al saldo de la votación.

El golpe fue tal, narra Chardy, que cuando Trump dijo lo anterior, “se oyó una exclamación  de asombro por parte de los asistentes.

¿Motivo? La supuesta tradición política estadounidense de que el perdedor siempre acepta el resultado.

Aún más grave, apunta Chardy, “porque piensa que la campaña de Clinton dirige un esfuerzo ilegítimo para derrotarlo”.

Hillary se limitó a responder: “Donald está denigrando nuestra democracia”.

La riposta de este fue aún más grotesca, los medios de prensa han envenenado la mente de los votantes.

El moderador del cuarto y último debate, Chris Wallace, de la cadena Fox News, trató de llevar a Trump a declarar que aceptaría los resultados de los comicios.

Sin embargo, el multimillonario neoyorquino le contestó secamente:

“Te diré en su momento. En tanto te mantendré en suspenso”.

Pero una vez más dio marcha atrás e intentó, a su manera, de recomponer lo afirmado.

Así procedió 24 horas después de haber colocado entre signos de interrogación la posibilidad de aceptar una derrota electoral el ocho de noviembre.

La mutación transcurrió en la Universidad de Nevada, que radica en Las Vegas.

Pero, anécdotas aparte, un hecho sí se ha confirmado, los rasguños impuestos por el candidato  republicano a sus posibilidades de triunfar el próximo ocho de noviembre.

Por ejemplo, cuando llamó Miss Cerdita a la ex Miss Universo venezolana, Alicia Machado, quien con anterioridad se hizo ciudadana estadounidense para votar contra Trump.
 

Y 24 horas después de haber manifestado dudas en cuanto  a la posibilidad de acatar las derivaciones del ocho de noviembre, dijo que lo haría, si triunfa.

“Aceptaré totalmente los resultados de estas grandes e históricas elecciones, si gano”, aseguró en un acto de campaña en Delaware (Ohio).

La famosa actriz cinematográfica Meryl Streep brindó este jueves una síntesis respecto a cómo es visto el candidato republicano en su sector y entre muchos estadounidenses:

“Trump  está haciendo un óptimo trabajo contra sí mismo”.

 Aseveración que, a unos días de las elecciones generales, da por entero la razón a quienes hace meses lo anticiparon.



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