Soy uno de esos que lleva a Cuba en su mochila

Editado por Pedro Manuel Otero
2018-06-09 10:47:09

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Saludando a Fidel. La Habana,  1995. Foto: Internet

Por Guadalupe Yaujar Díaz

Soy uno de esos que lleva a Cuba en su mochila y nunca olvido de dónde vengo, dijo en declaraciones exclusivas a Radio Habana Cuba vía telefònica desde París el activista y fotógrafo Virgilio Ponce. Aunque quiera a Francia y me sienta uno de aquí, siempre soy cubano, confiesa este hombre, condecorado recientemente por el Senado de Francia a causa de su contribución al estrechamiento de las relaciones entre las dos países.

Ponce, radicado hace 30 años en el país galo, expresa que el lauro recibido, de manos del presidente del Senado, Gerard Larcher, es un honor que alienta y lo compromete aún más en la divulgación de la imagen de Cuba en Francia y otros países europeos, mediante redes y plataformas, como el grupo “Martianos” en Facebook.

En la conversación telefónica, declara al País Vasco francés como su segunda patria. “Es la tierra donde nacieron, crecieron y se formaron dos de mis hijos”, añade.

Vivo en el mismo vértice del Golfo de Vizcaya (Golfe de Gascogne), en Hendaya, donde disfruto de las ventajas de estar en una frontera, aunque ya no hay controles; tengo playa y montaña, un lindo lugar donde mi nombre cambió por el de Cubano.”

Respecto al reconocimiento recibido, aclara que no premia una labor individual, sino el quehacer de gran parte de esa comunidad cubana emigrada y personas de varios continentes, internacionalistas y diplomáticos cubanos en misiones en el exterior y también de muchos compatriotas, quienes, desde su tierra, ayudan alimentando la red.

En el centro de nuestras actividades, está contrarrestar la guerra mediática contra la Revolución Cubana, y desmentir las versiones falsas que circulan sobre la realidad, particularmente en momentos en que se puede acceder fácilmente a Internet desde cualquier sitio.”

Recuerda Ponce sus inicios en las redes, después de su llegada a Europa a finales de la década de 1980, cuando copiaba artículos de los periódicos y los pasaba por fax a los amigos.

Posteriormente, entramos en Internet; eran tiempos en que, cuando te conectabas al ordenador, no podías llamar al teléfono, y si entraba una llamada, se caía la comunicación.

En esa época, se crearon grupos Yahoo, en los cuales se debatía mucho; me uní a varios grupos de izquierda y dimos batallas por nuestra tierra. Siempre contamos con apoyo de simpatizantes en numerosos países de Europa y Latinoamérica.

Éramos guerrilleros en las redes, pues todavía el desarrollo de Internet era pobre; los ordenadores, reducidos numéricamente, y se dificultaba el acceso pleno a la navegación.”

Explica el activista que entonces tomaban las noticias de diferentes sitios y las enviaban por correo a los amigos, a la prensa; participaba en actividades, tomaba fotos, escribía una nota y la hacía viajar.

En los años 90, me uní al proyecto de Cubainformación, involucrándome cuando valoré la importancia de mi navegación por la red hasta convertirme en un asiduo colaborador.

De igual manera, me uní al cubano Roberto Domínguez, residente en Islas Canarias, pues ambos hacíamos lo mismo, y me dio la responsabilidad de ser administrador y editor del Blog Martianos, y ahí seguimos. Domínguez traía de Cuba el proyecto de información Hermes, y lo desarrolló acá, al contar con las posibilidades tecnológicas para ello.

Dentro de la red Hermes (hoy TESORO), tenemos Martianos y Hermes y Pueblos -bajo la misma dirección-; se extiende, por su impacto, en asociaciones de solidaridad y colaboración.

Por esos años, ya mantenía contacto con Pedro Martínez Pírez, periodista y subdirector de Radio Habana Cuba, quien --apunta-- me pasaba artículos y boletines; al tiempo que eldoctor Arnel Medina Cuenca, en ese momento presidente de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, compartía conmigo mucha información para divulgar.”

En estos momentos, dice, trabajo en París en el proyecto “Entre Amigos”, coordinado con Cristóbal Danilo Campos Aveillé, encaminado a extender la labor de la comunidad cubana.

Ponce, fundador de los Encuentros de Cubanos Residentes en Europa, en los que ha hecho sentir su voz aglutinadora, anunció el próximo evento anual para octubre, a efectuarse en Bruselas, bajo la agenda de acciones de respaldo a la nación antillana.

Hace tiempo leí que usted es parte de una emigración, cuya existencia no está reconocida por los grandes medios de comunicación…, apunto, a lo que responde:

Nadie que hable bien de Cuba, que defienda el proyecto Martianos de nuestra Revolución tiene voz en los grandes medios. Para que te den la palabra, debes estar contra nuestro pueblo. Hay momentos en que hemos sido llamados, pero, cuando han conocido nuestra posición, nos dicen que nos llamarán más tarde, y aún espero. Somos parte de una emigración, cuya existencia no está reconocida por los grandes medios de comunicación

Estos medios no saben que somos como aquellos tabaqueros que en Tampa y Cayo Hueso apoyaron a Martí.”

A propósito del tema, asevera que esta comunidad es la mayor propagandista de la Isla en Europa:

Somos embajadores de Cuba; hemos estado desde los años 90 en la batalla contra el bloqueo de los Estados Unidos a la Isla, una labor que se hizo más visible a partir de 2005.”

En su recuento, menciona la participación de cubanos en la eurozona y su posición en la batalla por la liberación de los Cinco Héroes de Cuba condenados a largas e injustificadas penas de cárcel en EE.UU. por prevenir actos de terrorismo. Esa lucha abarcó diversas manifestaciones, hasta que fueron liberados y regresaron a la Patria.

Contra la ya eliminada Posición Común Europea, nuestra comunidad se manifestó, escribió cartas al Parlamento Europeo, a sus dirigentes, a los jefes de Gobiernos y Estados, para exigir el fin de esas injustas medidas.

Dentro de las Asociaciones de Solidaridad con Cuba en Europa, encontramos cubanos que, desde su llegada, se incorporaron a la lucha junto a los amigos europeos; tenemos compatriotas que presiden organizaciones de solidaridad, y otros están en sus comités de dirección.

Fuera de las redes, he dado charlas, conferencias, conversado y participado en paneles en diferentes lugares. He estado en diferentes institutos, en asociaciones, hasta en la Universidad Libre de Bruselas y en la Cumbre de los Pueblos que se dio en Europa, siempre hablando de nuestra Cuba, como si fuera un especialista.

En todas las actividades que acometemos, desempeñan un importante rol las misiones diplomáticas de Cuba en el exterior, porque las relaciones de nuestra comunidad con el terruño se normalizaron y se nos trata como lo que somos, residentes en el exterior, emigrantes que, no por vivir fuera, dejamos de amar la patria.

Desde el exterior, podemos hacer mucho, pero lo más importante es divulgar la verdad de lo que acontece en el país. Sabemos que Cuba no es perfecta, pero posee el sistema más humano que existe, y se continúa trabajando para hacerlo más justo.

Es el sistema para todos, y por eso debemos aportar nuestro granito de arena a ese heroico pueblo que se mantiene luchando por su independencia y soberanía, a pesar de todo lo que hacen los gobernantes de EE.UU.”

En sus reflexiones, Ponce define a Fidel Castro en el siglo XX y XXI como “el Martí que nos ha guiado, el inspirador de nuestras luchas y referente a seguir. De manera especial, guardo el privilegio de haber saludado a Fidel a la entrada del Palacio de la Revolución. Fui invitado en 1995 al II Encuentro Nación y Emigración, y el Comandante en Jefe nos recibió e intercambié algunas palabras con él antes de entrar a la recepción que se nos ofreció y en la cual compartimos con él y otros compañeros de la dirección del país.

También en 2004 participé en el III Encuentro Nación y Emigración, y compartimos con Fidel, muchos otros dirigentes del Gobierno, personalidades de la cultura y la ciencia; intercambiamos mucho con él, que se interesaba por todo: desde dónde veníamos, qué tiempo llevábamos fuera, qué hacíamos en Cuba antes, qué hacíamos en el exterior, nuestras familias…”

Cuando viajo a Cuba me siento como un hombre que disfruta de sus hijos, ahora de mi nieto, de mis amigos -que son mi familia y con los que invierto horas conversando y tratando de arreglar el mundo.

En Cuba no descanso, no voy a la playa, ni duermo mucho tiempo, pero disfruto de las caminatas por el Malecón, por la céntrica calle 23, por la Avenida 31, y gusto de sentarme en un parque para ver la gente pasar.  Disfruto de todas actividades culturales o políticas que puedo: una conferencia, el lanzamiento de un libro, la proyección de un filme, ver una obra de teatro, un concierto o ir a ver un ballet.

Ando siempre en contradicción, pues el calor me agota, y quiero el fresco de acá; luego, al retorno, el frío me desagrada, y entonces quiero el calor de Cuba.

Lo que más extraño es ese día a día con la gente, el vecino, el hablar en la parada de la guagua (bus), en la cola del pan, en la puerta del edificio…Extraño mi pueblo, que habla alto, que gesticula, que expresa todo con la mirada o los gestos; extraño el caminar de las mujeres, los olores del mar, Radio Reloj, la música… Todo me falta.


 



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