Comprensión y disciplina de habaneros ante restricción de movimientos por Covid-19

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2020-08-31 09:20:39

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Foto: Archivo/RHC.

Por: Roberto Morejón

El rebrote de casos de COVID-19 en el occidente del archipiélago cubano y en especial en La Habana, obligó a las autoridades a establecer adicionales restricciones, ante lo cual los moradores deben responder con comprensión y disciplina.

Nadie niega la dureza de las regulaciones demandadas por el curso de la pandemia, pero debe primar el convencimiento de que todo se hace para frenar el auge de contagios.

El objetivo loable es trabajar desde los  ángulos económico, productivo y de la conducta ciudadana para enfilar a la principal urbe del país hacia la recuperación.

Es cierto que los habaneros están abocados a hacer sacrificios porque cierran empresas que no son de producción continua o servicios imprescindibles, se prohíbe el tránsito nocturno de  personas y vehículos y suprimen los trasiegos fuera de la provincia.

También tendrán que limitarse los movimientos entre municipios de trabajadores por cuenta propia y no violarse disposiciones, porque los transgresores recibirán multas con altas cuantías.

Pero no se trata de un paquete de ordenanzas trazadas arbitrariamente sino de subir la parada ante el renovado desafío del virus SARS-COV-2, de impacto letal.

Los habitantes de la gran urbe exhortados a acatar restricciones de tal magnitud deben pensar que el objetivo es salvar vidas y reducir el peligro de contagios de sus familiares.

Igualmente los habaneros deben reflexionar que con su abnegación el país trabaja para mitigar el gran peso del personal sanitario, muchos de ellos en la línea roja desde marzo pasado.

Tienen razón quienes aducen sentir la carga de largos meses de confinamiento, pero la persistencia de una enfermedad mortal precisa de nuevas pesadumbres.

Solo con la decisiva participación ciudadana podrá desandarse el camino árido por el cual una parte del país llegó a la actual situación comprometida, relacionada con negligencias, indisciplinas y falta de percepción de riesgo de segmentos de la comunidad.

En tanto popularmente sea precisa la observancia de las nuevas prohibiciones, debe existir la certeza de que el gratuito sistema de salud hará lo suyo para tratar con más acometividad focos y eventos, aislar contactos y sospechosos y perfeccionar protocolos de atención a pacientes.

En suma, todo un haz perfilado como orfebres en función de dejar atrás la fase reinante de marcada complejidad.



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