Apuntes para una agenda (IV)

Editado por Maite González
2021-09-03 06:21:42

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Imagen / El Hispano News

Por: Guillermo Alvarado

Estamos en septiembre, por lo tanto cada vez más cerca de la Cumbre convocada por Estados Unidos para diciembre, con el propósito de tratar con un grupo de aliados y subordinados suyos temas como democracia, lucha contra el terrorismo y promoción de los derechos humanos.

Analizar asuntos de tal envergadura requiere profundidad, sentido histórico, honestidad y cierta dosis de valor, por lo que en entregas anteriores sugerí a la Casa Blanca empezar por reconocer el genocidio de los pueblos indígenas y el crimen de la esclavitud y sus consecuencias, que perduran hasta hoy.

Hablando de derechos humanos, la vida y la salud están entre los más importantes, en particular el primero porque de él depende el disfrute de los demás, incluidos los económicos, políticos y sociales de que se habla ahora.

En este sentido el presidente Joe Biden haría bien en incluir en su agenda el tema del consumo de drogas en su país, un problema que abarca entre 27 y 38  millones de ciudadanos, según cálculos que algunos consideran conservadores, y que forman el mercado más grande del mundo.

Como antes todos los caminos conducían a Roma, ahora la mayoría de las rutas del narcotráfico se dirigen hacia Estados Unidos, incluso desde regiones tan lejanas como Asia.

Cocaína, heroína, mariguana, metanfetaminas y otros productos viajan por las vías y las formas más insospechadas hacia ese territorio, donde se insiste en ver el asunto como un problema estrictamente policial o militar, en lugar de atenderlo como una grave crisis de salud pública.

De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés, entre agosto de 2019 y julio de 2020 murieron en Estados Unidos 83 mil personas por sobredosis y otros males derivados del consumo.

Esto significa 227 muertes diarias, o sea 9,45 a cada hora y es un incremento del 19 por ciento con respecto al mismo periodo anterior.

Pero no se trata nada más de lo que ingresa por las fronteras terrestres, aéreas y marítimas, porque entre los productos más peligrosos para la salud y la vida de las personas figuran los opioides sintéticos, que se fabrican y se venden con receta en las farmacias de ese país.

De acuerdo con el CDC, el uso de fentanilo creció en 38 por ciento hasta mayo de 2020 y aumenta incluso en medio de la pandemia de covid 19.

Ahora bien, que nadie piense que la potencia norteña es una víctima inocente de desalmadas organizaciones criminales. Como explicaré en la próxima entrega, la política exterior de Estados Unidos, sobre todo en la rama militar, está íntimamente vinculada con este problema y sus finanzas se nutren de las inmensas ganancias que genera. 



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