Por María Josefina Arce
"...una gran sonrisa y un gran corazón", así se refirió en su poema Retrato la intelectual Mirta Aguirre al Comandante Camilo Cienfuegos, una de las personalidades de nuestra historia más entrañable para el pueblo cubano.
El señor de la vanguardia, como lo bautizara el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara, resumía en su figura y accionar toda la idiosincrasia del cubano, desde su alegría y sencillez hasta su intrepidez y valentía.
Camilo era un hombre de pueblo, de ese pueblo que cada 28 de octubre lanza flores al mar y ríos para rendirle homenaje en un nuevo aniversario de su desaparición física, acaecida a pocos meses del triunfo revolucionario de enero de 1959 cuando regresaba de la provincia de Camagüey.
Durante muchos días el pueblo conmocionado por la noticia buscó el avión en que viajaba el querido revolucionario, quien en su corta vida fue ejemplo de lealtad y compromiso con la independencia de nuestro país
Camilo fue uno de los 82 expedicionarios del yate Granma, que tras una accidentada travesía desde México llegó a las costas del oriente del territorio cubano el 2 de diciembre de 1956 y dio inicio a la lucha guerrillera contra la sangrienta y entreguista dictadura de Fulgencio Batista.
En la Sierra Maestra y en el llano se distinguió por su coraje y osadía. Protagonizó hechos relevantes de la epopeya revolucionaria como la toma del poblado de Yaguajay, en la hoy provincia de Santi Spiritus.
Con el Che y el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, forjaría una intensa y hermosa amistad. Era uno de los pocos que podía hacerle bromas al guerrillero argentino-cubano, mientras que sin dudarlo Fidel Castro le pedía consejo.
Como un luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa, lo calificó su amigo y compañero de lucha, el Che.
Quizás fue obra del destino que estos dos grandes revolucionarios y figuras insignes de la revolución cubana nos dejaran físicamente, aunque en diferentes años, en el mes de octubre, en el que el pueblo de la nación caribeña les rinde sentido tributo.
Fueron dos grandes de la historia, que dedicaron su vida a una causa justa, la libertad de Cuba, y que hoy más que nunca están en cada cubano que con su esfuerzo trabaja por el bienestar del país y defiende su soberanía.