
Cartel
Por: Roberto Morejón
Por iniciativa del presidente de Brasil, representantes del Caribe se reunieron con las máximas autoridades del gigante sudamericano para reorientar el comercio y otras áreas de cooperación, en provecho mutuo.
La Cumbre Brasil-Caribe con participación de representantes de 17 países abordó aspectos esenciales de la aportación mutua, en medio ambiente, seguridad alimentaria, conectividad aérea y marítima así como energía.
Con escenario en Brasilia, la cita buscó reactivar la cooperación Sur-Sur, e identificar potenciales compraventas para fortalecer defensas ante desastres naturales, a los que están muy expuestos Brasil y el Caribe.
Los asistentes a la cumbre en Brasilia acordaron exigir en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima, fijada para la ciudad amazónica de Belem en noviembre, un financiamiento importante de los países industrializados.
La tantas veces expuesta dificultad de la conexión aérea, marítima y terrestre hacia y desde el Caribe encontró respuesta en Brasilia, al anunciarse iniciativas para mejorarla.
En esa dirección sobresale el respaldo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe a la idea de vincular a Brasil aún más con el Caribe a través del comercio y la integración logística.
Por otra parte, fue muy importante enfocarse hacia la revitalización de los intercambios mercantiles, pues pasaron de seis mil millones de dólares en 2004 a apenas cuatro mil millones en 2024.
Para supervisar la reanimación en este ángulo económico será útil contar con un Foro ministerial Brasil-Caribe, anunciado en Brasilia.
Un punto especial de la agenda de la Cumbre Brasil-Caribe fue el de Haití, ante la crisis de violencia, salud y seguridad alimentaria registrada allí.
El Jefe de Estado anfitrión insistió en llamar la atención sobre los graves problemas de Haití, silenciados por muchos, y al respecto informó sobre la intención de compartir conocimientos en energías renovables y agricultura inclusiva, además de apoyar la formación de 400 policías.
Para calzar el respaldo a Haití, el Banco Interamericano de Desarrollo donará 290 millones de dólares, aunque Lula pidió a la ONU implicarse más en el análisis de las necesidades de ese país pobre.
Para las pequeñas economías del Caribe resultó una grata noticia la reafirmación del gobierno de Brasil de su interés por estrechar los nexos y poner a disposición de sus interlocutores su experiencia como mayor productor y exportador mundial de alimentos.