
Colombia hacia un modelo laboral más justo e inclusivo. Imagen: instagram
por María Josefina Arce
Finalmente el Congreso de Colombia aprobó la reforma laboral impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro y que una vez entre en vigor beneficiará a millones de colombianos en condiciones precarias de trabajo.
El proceso hacia una profunda transformación en este ámbito ha sido largo y difícil, fueron 27 meses de tensiones políticas. La normativa pasó cuatro debates y tuvo que superar la conciliación entre el Senado y la Cámara de Representantes.
La nueva ley devuelve a los trabajadores beneficios que habían perdido con la reforma que se había aprobado durante el primer mandato de Álvaro Uribe, de 2002 a 2006, y que los expertos calificaban de favorecedora para los empresarios, en detrimento de la masa laboral.
Ahora se retoman beneficios como la compensación por trabajar domingos y días festivos, las horas extras y el tipo de contrato que tienen los estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje, una institución pública que ofrece formación gratuita con programas técnicos, tecnológicos y complementarios.
Un logro importante de la reforma aprobada es que unas 60 mil madres comunitarias y sustitutas, vinculadas al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, tendrán un contrato laboral formal.
Disfrutarán asimismo, de salud, pensión y demás prestaciones sociales. Asi como de derecho a pago adicional, vacaciones y licencias.
También se avanza a favor de las trabajadoras domésticas, un sector históricamente explotado. De acuerdo con estudios, unas 800 mil personas ejercen esa labor en la nación suramericana y la mayoría vive en condiciones de pobreza y vulnerabilidad.
70% no tiene acceso a la seguridad social, y el 40% reporta ingresos por debajo del salario mínimo mensual.
Con los cambios que introduce la norma las trabajadoras domésticas tendrán una jornada laboral de 8 horas como los demás trabajadores.
La aprobación de la reforma laboral, impulsada por el presidente Petro, es una victoria para los trabajadores colombianos y permitirá al país avanzar, señalan, los expertos, hacia un modelo laboral más inclusivo, justo y digno.