
Foto: Instagram Universidad de Oriente
Por: Roberto Morejón
Con el paso del tiempo, expertos y decisores califican de crítica la situación de la economía cubana, expuesta a un deterioro del sistema electroenergético que incide en la producción, los servicios y el bienestar de las familias.
Una importante reunión del gobernante Partido Comunista se refirió en La Habana a lo que calificó de días en extremo retadores los que vive la población, sometida además a renovados apremios de Estados Unidos.
El dueto Donald Trump-Marco Rubio junto a los congresistas anticubanos se alzan como la piedra más visible en el camino de los antillanos, expuestos a listas hostiles, limitaciones al envío de remesas y persecución a bancos y posibles prestamistas.
Los cruentos apagones ponen a prueba la sabiduría e imaginación de los ciudadanos, obligados a acudir a la inventiva y a lo que se denomina resistencia inteligente.
Los dirigentes del país analizan insuficiencias, insatisfacciones, incumplimientos de planes productivos, pero exhortan a vencer obstáculos y seguir adelante.
En ese sentido, la reunión partidista analizó críticamente el período e instó a acciones concretas e inmediatas que ayuden a superar la profunda crisis económica que, en palabras del presidente Miguel Díaz-Canel, “tanto daño está haciendo al tejido espiritual de nuestra nación”.
La reunión de la colectividad política insistió en que la mayoría de las soluciones a los problemas del país depende de los propios cubanos, sin desconocer el contexto internacional tenso.
En esa dirección el Partido Comunista defendió el concepto de que la mayor de las Antillas está en guerra económica y las bombas son de desinformación y de odio.
Como señalara el jefe de Estado, el cerco del vecino del Norte aplica una maquiavélica combinación para destruir los escasos recursos en un pequeño país, lograr su fracturación y se termine culpándose a sí mismo y no al victimario.
No obstante, aún en medio de tales carencias materiales e insuficiencias de servicios básicos, el gobierno aplica un plan para reactivar la economía y enfrentar lo que denomina como distorsiones.
Emergen como prioridades el incremento de la producción de alimentos, incentivar las inversiones extranjeras, potenciar la empresa estatal, lograr una mayor vinculación de las entidades privadas con los fines de la nación y el enfrentamiento al delito e ilegalidades.
Esas y otras primacías ocupan a los cubanos en un verano sofocante, a pesar del cual siguen en pie porque, como señalara el dignatario Díaz-Canel, “somos millones capaces de sumar nuestras inteligencias”.