
Foto: El Ojo Digital
Por: Alfredo García Almeida*
Durante el intercambio de ataques el pasado mayo entre India y Pakistán, el ejército paquistaní declaró que sus cazas, JC-10, fabricados en China, habían derribado varios aviones de combate indios Rafale, de fabricación francesa. En las montañas de la disputada región de Cachemira, los paquistaníes bombardearon posiciones indias con misiles de largo alcance, PL-15, también fabricados en China, país que suministra más del 80% de las armas importadas por Pakistán.
Fue la primera vez que se conoció esas armas chinas, desplegadas en un combate real. Las potencias occidentales analizaron el enfrentamiento conscientes de que el desarrollo armamentístico de Pekín, había sido clave para que su aliado de Pakistán, con una fuerza militar muy inferior a la India, resistiera el intercambio de ataques con el país vecino, antes de que ambos acordaran una tregua.
Los expertos occidentales coinciden en que el ascenso militar chino, preocupa mucho en Washington y ha sido uno de los asuntos más relevantes que se están tratando en el Diálogo Shangri-La, el gran foro militar de Asia-Pacífico, que arrancó el pasado viernes en un hotel de Singapur con la presencia de ministros de Defensa, generales y altos funcionarios de 47 países.
El acto más esperado era la intervención del secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, quien hizo el sábado sus primeras declaraciones en público, sobre la política de seguridad que seguirá el Gobierno de Trump en la región. Hegseth sorprendió con una narrativa agresiva para señalar que la amenaza de China es real, al tiempo que presionó a sus aliados en la región para que aumentaran su gasto en defensa y que no dependan tanto de la protección de Washington. “No hay razón para edulcorarlo. La amenaza que representa China es real y podría ser inminente”, declaró. “Tiene que quedar claro para todos que Pekín se está preparando de manera creíble para utilizar potencialmente la fuerza militar, para alterar el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico”, continuó.
El secretario estadounidense dijo, que sus aliados asiáticos debían tomar como ejemplo a los países europeos, citando las promesas de los miembros de la OTAN, de avanzar hacia el objetivo de gasto de Trump del 5% del PIB. “La disuasión no es barata” subrayó Hegseth. Sobre la estrategia de su país en la región, el alto militar reveló que EEUU estaba “reorientándose hacia la disuasión de la agresión de la China comunista”, porque Asia es “el teatro prioritario de operaciones” de Washington. “Nos comprometemos a garantizar que China no pueda dominarnos a nosotros, ni a nuestros aliados y socios”, concluyó.
Trascendió que el propósito de Hegseth, es convencer a sus colegas asiáticos de que EEUU es un socio mucho más confiable que China. Un mensaje que no queda claro para la mayoría de los países de la región, a quienes la guerra comercial de Trump y su zigzagueante “diplomacia”, preocupa igual o más que la firme opinión de China sobre territorios en disputa, como Taiwán o las islas del Mar de China Meridional.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.