Charangas de Bejucal, fieles y eternas

Editado por Maria Calvo
2024-01-03 10:55:28

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Carrozas del bando Rojo y el Bando Azul de las Charangas de Bejucal

por Ricardo Alonso Venereo

Bejucal volvió a vivir en este fin de año y el inicio del 2024 la magia y el encanto de sus tradicionales fiestas: las Charangas. Lo hizo tras tres años de notable ausencia. Primero, como consecuencia de la C0VID- 19 y segundo, por la falta de recursos originados por el injusto bloqueo económico al que nos somete desde hace más de 60 años el gobierno de los Estados Unidos.

Hubo que ver al pueblo  lo contento que estuvo y cuánto disfrutó masivamente su jolgorio, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, en el año 2015. Fueron más las opiniones a favor que las contrariadas, por el hecho de haber mostrado las últimas piezas o carrozas, hoy retocadas por humildes manos de bejucaleños negados a perder su más importante tradición cultural.

Con el apoyo de las autoridades provinciales y municipales, las instituciones, los organismos, haciendo un esfuerzo inmenso, recuperando todo lo que fue posible con tal de que Bejucal viviera un fin de año feliz, y para que no se apagaran para siempre sus Charangas, el pueblo mismo salió en su rescate.

Así fue como nuevamente sus calles  y casas se volvieron a llenar de los colores rojo y azul, símbolos de los bandos Rojo o Espina de Oro con su Gallo al frente, y Bando Azul o Ceiba de Plata con su Alacrán, respectivamente. Bandos que se encontraron vestidos de niños, jóvenes y adultos desfilando detrás de la carrocita dominguera, de personajes como la Macorina o arrollando tras el sonido trepidante de las congas.

Igual sucedió con el sentido y justo  homenaje tributado a Ibrahim Cabrera, Moisés Perdomo, Orestes Rodríguez Pérez y a Roberto Hernández Jufré, destacados artistas carroceros con más de medio siglo de labor, fallecidos en estos últimos años.

Las carrozas, expuestas en el parque Juan Delgado de la localidad llevaron por temáticas la Música ( Espina de Oro), obra de Ibrahim Cabrera y Michel Rodríguez, y De cuentos y fantasía (Ceiba de Plata), salida del ingenio de Roberto Macareño. Toda luz y color, maravillas del arte, plena de sorpresas, ambas piezas no dejaron de asombrar a naturales y visitantes.

Arnaldo y su Talismán y  Buena Fe, entre otras agrupaciones, se unieron a las presentaciones de artistas aficionados de la localidad. No faltaron las exposiciones, los encuentros literarios, las actuaciones teatrales, que por esos días en Bejucal… «Pueblo sin mar/ donde un día encalló para siempre un tambor», fueron testigos de cómo la cultura, si se hace bien, salva a los pueblos.

Con más de 200 años de existencia, las Charangas de Bejucal renacieron de las cenizas como el ave Fénix, y con la anuencia de mucha gente mostraron su valía y permanencia. Una vez más vimos a un pueblo feliz dispuesto a seguir defendiendo su cubanía. (Tomado del diario Granma)

 



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