El recuento del fin de semana comenzó con los tiroteos el viernes por la noche y terminó el lunes por la mañana, con unas 11 víctimas mortales, entre las cuales figuran seis adolescentes que celebraban una fiesta de graduación al aire libre, según relató el superintendente de la Policía de Chicago, David Brown, en una conferencia de prensa celebrada el lunes.
Brown se refirió a las víctimas jóvenes como un grupo de personas “completamente inocentes” que fueron atacadas en un tiroteo desde un vehículo, sin motivo conocido, conforme reportó la cadena estadounidense ABC7 News.
El agente responsabilizó de los hechos a las personas que ayudan a los criminales a impulsar el flujo de armas ilegales a través de la ciudad y aseguró que, año tras año, la Policía de Chicago confisca más armas ilegales que Nueva York y Los Ángeles juntas, “pero eso es después de que las armas ya hayan llegado a nuestras calles”, remarcó.