La Habana, 24 feb (RHC) El gobierno de Cuba reconoce el esfuerzos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en la campaña Cada niño vivo, la cual tiene como objetivo disminuir el alto índice de mortalidad infantil a nivel mundial.
Durante la apertura de esa campaña en la sede de la ONU en Nueva York, la embajadora cubana Ana Silvia Rodríguez resaltó que al cierre de 2017 la nación caribeña reportó una tasa de mortalidad infantil de 4,1 por cada mil nacidos vivos, la más baja de su historia.
Pero las cifras de muertes de bebés recién nacidos a nivel global son alarmantemente altas, sobre todo en los países de mayor pobreza.
De acuerdo con un nuevo informe elaborado por esa organización, ocho de cada 10 lugares más peligrosos para nacer se encuentran en África subsahariana, donde las mujeres embarazadas reciben muy poca asistencia médica debido a la pobreza, los conflicto y una débil respuesta institucional.
Los recién nacidos en Pakistán, República Centroafricana y Afganistán enfrentan las peores probabilidades, en tanto los bebés en Japón, Islandia y Singapur tienen la mejor oportunidad de sobrevivir, indica la Unicef.
Si para 2030 cada país lograra llevar su tasa de mortalidad infantil al promedio que poseen los de altos ingresos, se podrían salvar 16 millones de vidas en todo el orbe, advierte el fondo para la infancia.
En la actualidad, Unicef alienta a las demás agencias de la ONU y a los socios internacionales a comprometerse aún más en los programas dirigidos a reducir la mortalidad infantil.
Unicef también reconoce los esfuerzos de Cuba, uno de los países que más progresos sostenidos ha realizado respecto a la supervivencia y desarrollo de los niños.
El fondo mundial para la infancia impulsa acciones conjuntas como parte del programa materno infantil del Ministerio de Salud Pública de Cuba. (Fuente/PL)