De casta le viene... la televisión como productora

Editado por Maite González Martínez
2016-11-08 10:30:26

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Por Paquita Armas Fonseca

Hija del polémico creador televisivo de vanguardia Eduardo Moya (Algo más que soñar, Los comandos del silencio…) y de Raquel González, reconocida actriz, devenida eficaz directora con la serie De amores y esperanzas, Adriana Moya González tiene en sus genes la televisión, que en su caso han fructificado en la producción, eso que en Cuba se valora tan mal y es, en realidad, lo que sustenta cualquier buena obra.

Es más que la mano derecha de la empresa RTV Comercial. Por ella, directa o indirectamente, han pasado piezas de Ernesto Daranas, Rudy Mora, Roly Peña, Randol Menéndez… que considera como frutos propios de su gestión.

Con Adriana lo dejo, amigo lector:

-¿Creciste con un televisor cerca? ¿Cómo recuerdas tu niñez en medio de dos padres “televisivos”?

-Más que crecer con un televisor cerca, crecí en las filmaciones. Mi mamá y mi papá nos llevaban frecuentemente a los rodajes, los ensayos, las preparaciones. Las conversaciones cotidianas entre ellos, o de ellos con sus amigos y compañeros siempre eran sobre una u otra producción, o sobre el funcionamiento del ICRT. Hoy lo veo como una niñez muy entretenida.

-¿Qué deseabas hacer cuando eras niña?

-Quise ser gimnasta, médico, maestra. Realmente nunca de niña pensé dedicarme a nada de este medio hasta que en séptimo grado, estando de pase de la Lenin, fui a una filmación de una serie del espacio Nuestros Hijos que dirigía Juanito Vilar y mi mamá actuaba. Una muchacha que tenía una escena había faltado y Juanito le dijo a mi mamá que me pidiera hacerla y la hice. Me gustó y durante algún tiempo quise ser actriz. Me suspendieron en las pruebas del ISA, sea porque no tenía talento como actriz, sea porque no me preparé bien o porque sencillamente era hija de mi mamá y mi papá. Ahí renuncié a ese camino y entre al ISPLE a estudiar inglés, nunca me gradué pero aprendí el idioma. De hecho la primera vez que trabajé fue como traductora intérprete en una empresa justamente de televisión.

-¿Cuándo te acercas a la producción? ¿Qué hiciste entre el fin de tus estudios y esta labor que no tiene en Cuba el  valor que posee per se?

-Me acerqué a la producción sin quererlo ni darme cuenta. Un día, alguien con quien compartí la vida unos años, estaba haciendo un cortometraje y lo ayudé en lo que pude. Me dijo después que yo debía ser productora, que tenía el don. Le creí mucho y le pedí a Juanito Vilar, que era y es como mi segundo papá, que me enseñara la teoría. Estuve un mes y pico yendo a casa de Juanito todas las tardes a aprender. En ese momento mi papá estaba preparando con cuatro directores jóvenes el re-make de la aventura Tierra o Sangre de Abraham Rodríguez, que finalmente salió al aire con el título Todo al Fuego. Esa fue mi primera experiencia fuerte de la producción: hacer la producción de rodaje de esta aventura de 90 capítulos que implicó la concepción y diseño del plan de rodaje y su ejecución. Ahí sentí que realmente había nacido para dedicarme a esto.

-¿Cuándo llegas a RTV Comercial?

-En el verano del 2011. Había conocido a un productor español interesado en desarrollar un camino de producción con una entidad cubana. Consulté en el ICRT y lo direccionaron a RTV Comercial. Ahí conocí a Joel Ortega. Simultáneamente el Ministerio de Cultura había aprobado unos fondos para un proyecto de Ernesto Daranas y otro de Rudy Mora. Yo me había encontrado con Ernesto y le había comentado que se estaba gestando un posible camino con RTV, la empresa española, etc. Una tarde nos encontramos Ernesto, Rudy y yo para conversar qué camino se podía tomar para optimizar la utilización de los fondos aprobados en función de la calidad de esas obras y a partir de ahí Joel se compró la bronca también. El español no fructificó, pero hoy ya existen Conducta y Leontina.

-¿Qué sientes como productora cuando nace una obra como Conducta, Duaba o Sonando… que pueden no haber estado bajo tu mando, pero que si influiste en ellas?

-Infinita alegría porque se hayan logrado. Las tres son obras necesarias, muy necesarias y el excelente resultado final en pantalla es indiscutible.

-Háblame de lo que te resulta más difícil… en la producción

-En la producción en sí nada es verdaderamente difícil a partir de se comprenda bien y objetivamente la obra que se quiere hacer, todo es muy laborioso pero no difícil.

Ahora bien, en la producción en Cuba hoy y desde hace años, todo es tremendamente difícil, cada día más. La mayoría de los mecanismos que hay que transitar antes de lograr filmar el primer plano de cualquier obra son completamente absurdos, además de que para nada consiguen cumplir el objetivo para el que están diseñados que es el tan mencionado control. Casi todos quieren controlar algo y el talento y la honestidad no se controlan, se tienen o no se tienen. A esto muchas veces se suma el ejercicio de la cuota del efímero poder de algunos decisores y las batallas para lograr las obras son tremendas.

-¿Me adelantas tu próximo proyecto?

-Mío, mío, que haya producido yo directamente es una película escrita y dirigida por Fernando Timossi que si le mantenemos el título de producción será La espuma de los días. Es de estas obras que han transitado los obstáculos que antes te hablaba y aunque está filmada desde finales de febrero del 2013, su finalización se quedó enganchada todos estos años, pero ya falta poquito, ya la vamos a terminar.

-Y si te preguntara cuál es el sueño para realizarte ¿qué me dirías?

-Como productora me siento realizada. Como ser humano, no diría que para realizarme, diría para sentir que evoluciono, el sueño es llegar a vivenciar la Cuba por la que tantos han muerto…

(Tomado del portal de la tv cubana)



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