La Fuente de la India o la Noble Habana, símbolo de una ciudad

Editado por Maite González Martínez
2017-03-15 08:25:13

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Foto/ visitar Cuba

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

Las fuentes, importante elemento de la fisonomía de la capital habanera, y diseminadas en parques, plazas y plazoletas cobran vida frente a los visitantes que se detienen a contemplarlas.

En perfecta mezcla de estilos arquitectónicos y testimonio del tiempo estas construcciones dan fe de figuras históricas, sucesos y personajes que, como la Fuente de la India, más conocida como Fuente de la Noble Habana, simbolizan nuestra ciudad.

La obra, de estilo neoclásico, en la intersección del conocido Paseo del Prado y la Calzada de Monte se alza en una glorieta ubicada entre el Capitolio Nacional y el Hotel Saratoga, y fue esculpida en mármol blanco de Carrara por el arquitecto italiano Guiseppe Gaginni bajo el mandato del Conde de Villanueva y develada en 1837.

Esta fuente representa una esplendorosa mujer indígena, adornada con una corona de plumas de águila, sentada en su trono, rodeado por cuatro delfines, cuyas lenguas son fuentes que echan agua sobre unas enormes conchas que forman su base. Con sus manos agarra un escudo que lleva el blasón de la ciudad, y una cesta, en forma de cuerno de la abundancia, repleta de frutas criollas.

La escultura ha devenido inspiración a diversos poetas, y también ha aparecido en varios cuentos de fantasía. Cuenta una leyenda que en la noche anterior a la inauguración de la fuente sopló en la ciudad un viento tan fuerte que tumbó varios árboles y algunas viviendas resultaron derrumbadas; sin embargo, la tela que cubría la estatua tan siquiera se movió.

Pero, más allá de ritos o historias prevalece lo hermoso de la leyenda tejida de una época que marcó en las fuentes citadinas la cura de la sed, los sofocos y lo maravilloso de sus aguas para refrescarse de la cotidianidad.

Según el poeta Ángel Augier, La India, representa a La Habana, la que durante 150 años ha sido inspiración de poetas como Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) que vivió entre 1809 y 1894 y que le dedicó su poema "A la fuente de la India Habana". En 1860, José María Heredia y Girard (1842-1905), primo de José María Heredia y Heredia, le dedicó "A la Fontaine de la India", poema original en francés y Emilio Ballagas (1908-1954), escribió 90 años más tarde el soneto "Fuente Colonial". (1)

El complejo escultórico se distingue de otras urbes, cuya principal función se reduce al suministro de agua para las actividades de limpieza, aseo, consumo humano y animal, en La Habana, desde su fundación, las fuentes cumplieron una misión especialmente ornamental que embellece el escenario que la rodea.

Puede contarse también que las más relevantes fuentes capitalinas fueron construidas en los siglos XIX y XX, por la expansión de la ciudad hacia el "Reparto Las Murallas" y "La Habana Nueva", su extensión hacia el oeste.

El agua que surtía las primitivas fuentes provenía de la Zanja Real, terminada por el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli en el siglo XVI, que partía desde la represa del Husillo —actualmente, en el Parque Metropolitano de La Habana—, donde estaba la toma de agua que corría a través de los barrios de Puentes Grandes, Cerro, Príncipe, por las actuales calles Zanja y Dragones, para bifurcarse allí en dos ramales: uno que terminaba en el Callejón del Chorro, en las cercanías de la Plaza de la Catedral y otro en el muelle de Luz.

La Fuente de la India o la Noble Habana, insertada en la Habana Vieja, Patrimonio Mundial de la UNESCO, se aprecia por este tiempo altamente concurrido de turistas y también de todos los que vivimos o transitamos una parte de la Ciudad Maravilla que se revitaliza rápidamente.

Y me pregunto si acaso habrá que llamar la atención o situar carteles que adviertan: “no se arroje basuras” o “que no le falte el agua” a esta sobresaliente fuente.

Mientras, en el escenario que rodea a la fuente se ubican instalaciones tan importantes como el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el Museo Nacional de Bellas Artes entre otras edificaciones y se levanta, hermosa y desafiante, la primera instalación turística de lujo cinco estrellas plus de Cuba, el Gran Hotel Manzana Kempinski La Habana, a inaugurarse en los próximos días.

  1. Augier, Ángel: "Poesía de La Habana", en Revolución y Cultura, 2: 42-47, La Habana, febrero de 1990



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