Peripecias de la Batalla Naval en Santiago de Cuba

Editado por María Candela
2019-07-04 08:33:30

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Por: Carlos Alberto Gonce Socías

La Habana, 4 jul (RHC) Hay hechos en la historia que marcan hitos para toda la humanidad y se prestan luego para la más diversa interpretación, en razón de los intereses de los participantes. Ese es el caso de la batalla naval que tuvo su culminación en Santiago de Cuba el tres de julio de 1898.

Ahora se cumplen 121 años del suceso que dio paso al neocolonialismo como estrategia de dominación económica.

Cuando la Guerra Necesaria organizada por José Martí entraba en su cuarto año, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Resolución Conjunta con lo que declaró la guerra a España, supuestamente para lograr la independencia del archipiélago cubano.

Sin embargo, más de 60 años antes, desde inicios del siglo XIX, los gobernantes estadounidenses habían expresado su intención de dominar o anexarse esta isla.

Poco después ocurrió el desembarco de las tropas norteamericanas en la zona de Daiquirí, al tiempo que la Corona Española decidió reforzar sus efectivos, pues no quería perder su enclave colonial en esta tierra. En estas circunstancias entró en juego la Armada Española.

La referida flota partió hacia Cuba el 29 de abril de 1898, bajo el mando del Almirante Pascual Cervera y Topete, quien había advertido al gobierno de la metrópoli la posibilidad de un inminente desastre por el mal estado de los navíos.

Componían la armada los cruceros Infanta María Teresa, Almirante Oquendo, Cristóbal Colón y Vizcaya, además de los destructores Plutón, Furor y Terror.

Por falta de carbón, combustible usado por la escuadra hispana, la armada no fue directamente a La Habana, sino se dirigió a Santiago de Cuba, y entró en la bahía en las primeras horas del día 19 de mayo, lo que selló su destino, pues tampoco en esa ciudad en conflicto encontraron lo que necesitaban.

Cinco días después de la entrada de la Armada a la rada santiaguera, los norteamericanos establecieron su posición, y Cervera, el 26 de mayo, propuso salir del puerto, lo que no fue aceptado por su Estado Mayor.

El 27 el acceso del puerto amaneció bloqueado por cuatro acorazados, dos cruceros acorazados y dos yates armados, un total de ocho buques con un poderío de fuego varias veces superior al de los ibéricos, y con mayor velocidad y maniobrabilidad, demostrado el 31 de mayo al bombardear los yanquis al "Cristóbal Colón", sin hacer blanco, solo para exponer el dominio y alcance de su armamento.

Luego, como si todos se hubieran puesto de acuerdo, pasaron a un compás de espera, que fue roto el tres de julio con la salida de la flota española por orden del Capitán General, al cual habían sido subordinados.

El primer buque en tratar de salir fue el "María Teresa", perseguido por todos los buques estadounidenses hasta hundirlo, lo cual dio margen a que salieran los demás que, de inmediato, fueron acosados.

Los barcos al salir viraron hacia el oeste, el Oquendo fue hundido a la altura del poblado Juan González, y el Vizcaya en la localidad de Aserradero, lugares donde son visibles sus restos desde la costa, y constituyen una atracción para turistas y viajeros.

Otros se hundieron mar adentro, pero el Cristóbal Colón logró evadir el fuego y alejarse, aunque por problemas de combustible empezó a perder velocidad, y para no ser capturado su comandante lo lanzó contra la costa a la altura del río Turquino en Ocujal.

Torreta y cañón del crucero y acorazado Oquendo, barco de guerra español hundido el 3 de julio de 1898 en la playa Juan González, en costa sur de la Sierra Maestra, durante la batalla naval de Santiago de Cuba, 25 de junio de 2019.

Terminada la batalla naval, los yanquis se dedicaron a desvalijar a los marinos españoles que habían apresado, muchos de los cuales fueron asesinados a bordo del buque Harvard.

Los sobrevivientes fueron llevados a un campo de concentración en una isla norteamericana, donde las fiebres y la falta de atención médica mataron a muchos.

Así terminó la que ha sido considerada la primera guerra imperialista, que pondría fin a la opresión española en Cuba para dar comienzo al neocolonialismo como política de dominación en el mundo.

(Tomado de ACN)



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