Una nueva estocada contra UNASUR

Editado por Maite González Martínez
2019-04-17 08:42:39

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Por: María Josefina Arce

Doce países conformaban hasta hace unos meses un bloque soberano, sin injerencias foráneas como UNASUR, Unión de Naciones Sudamericanas. Hoy solo Bolivia, Uruguay, Venezuela, Guyana y Surinam quedan activos, tras las maniobras de la derecha de liquidar ese mecanismo de integración latinoamericana.

Herida grave estaba UNASUR desde que el pasado año Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú decidieron de forma conjunta suspender su participación por tiempo indefinido, a causa de lo que calificaron como una “prolongada crisis del organismo”, una situación que, manifiestan, “no se ha alterado”.

Los primeros países en formalizar su salida definitiva del organismo fueron Colombia y Perú, a los que siguió Ecuador, que incluso en marzo pasado pidió retornar la administración del inmueble de la organización edificado en Quito, la capital, como sede de Unasur.

A finales de la pasada semana Argentina anunció su salida inmediata, lo que ahondó las dudas sobre el futuro de UNASUR, que desde su surgimiento en 2008 dio muestras de su valía por promover el diálogo y la salida pacífica a determinados conflictos.

La última estocada la acaba de dar Brasil, que momentos después de recibir la presidencia pro témpore, de manos de Bolivia, ha anunciado oficialmente su decisión de abandonar el organismo.

Bolivia concluye este mes su año al frente del mecanismo y por orden alfabético le correspondía a Brasil asumir esa responsabilidad. La cancillería del gigante sudamericano informó que la ruptura definitiva se hará efectiva seis meses después del aviso de retirada.
Lo cierto es que el bloque esta estancado y urge una renovación. Desde el 2017 no ha conseguido elegir un secretario general y no ha vuelto a reunirse por las divergencias internas.

Pero ninguno de los miembros que decidieron separarse hizo nada por dar nueva vida a UNASUR, no existió nunca voluntad de esas naciones para garantizar la existencia de bloque, que nació para fomentar el desarrollo social en la región y poner coto a la política injerencista de Estados Unidos.

Más bien han utilizado su actual inoperancia para enmascarar sus verdaderos objetivos: buscar el aislamiento de Venezuela y su gobierno constitucional , al que Estados Unidos y sus aliados buscan derrocar.

La mayoría de las antiguas naciones miembros, hoy con gobiernos derechistas, afines a Estados Unidos, se apegaron al guión norteamericano que busca traer de vuelta a su influencia a Latinoamerica.

Por tanto, acabar con bloques como UNASUR, donde no intervenían países fuera de la zona, es un imperativo para mantener bajo sus dictámenes a los estados latinoamericanos, a quienes Washington ve como su patio trasero.

Aunque dicen tener vocación y voluntad integracionista, se han dado a la tarea de crear PROSUR, que ha sido aplaudido por el ilegalmente autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, al servicio de la Casa Blanca.

PROSUR está diseñado a la medida de Estados Unidos y de la derecha latinoamericana que hoy aspira a retornar al poder para poner en práctica sus políticas neoliberales, de saqueo de los recursos naturales y de más hambre y miseria para millones de ciudadanos de la región.



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