Por María Josefina Arce.
Durante décadas el mundo ha sido testigo de un acto de solidaridad y amor de una pequeña nación, bloqueada criminalmente, pero que ha resistido y sorteado las limitaciones para garantizar a sus ciudadanos los más elementales derechos humanos y, que también sin condiciones, ha tendido su mano a los más necesitados.
Vida y esperanza han llevado a disímiles lugares las brigadas médicas cubanas, que constantemente son blanco de los ataques de quienes intentan desvirtuar el carácter humanitario de su labor.
Ahora miembros del Parlamento Europeo han vuelto a vincular la cooperación médica cubana con la trata de personas. Es esa una gastada mentira de Estados Unidos, secundada por países que se pliegan a sus dictámenes y admiten la injerencia norteamericana en sus territorios.
Ignoran esos elementos los millones gastados por Washington para comprar testimonios falsos y documentar así, ilegítimas acusaciones contra Cuba.
No tienen en cuenta tampoco las presiones e incentivos como el otorgamiento de visados, una vieja práctica de Estados Unidos, o ya no recuerdan la Ley de Ajuste cubano que buscaba alentar la inmigración ilegal al otorgarle a los nacidos en el archipiélago un trato preferencial.
Pero sobre todo, olvidan, muy oportunamente algunos, la opinión favorable sobre el desempeño y la alta profesionalidad de nuestros médicos y el agradecimiento de gobiernos y pueblos.
Desconocen el desamparo en que han quedado muchas comunidades cuando se marchan los especialistas cubanos, pues a esas regiones apartadas no llega la atención sanitaria.
Hijos, cónyuges, padres, amigos y la querida tierra que los vió nacer quedan atrás, cuando de aliviar el dolor, salvar vidas y devolver la sonrisa al rostro de un niño se trata.
Nuestros médicos nunca han dicho NO y han estado en la primera línea ante la ocurrencia de desastres naturales o emergencias sanitarias. Países de América Latina y el Caribe, Asia, África e incluso, Europa conocen de la dedicación, ética y preparación de los cooperantes cubanos.
En Centroamérica, tras el paso de los huracanes George y Mitch en 1998, en Pakistán, asolado por el terremoto de 2005, y en África Occidental para enfrentar el Ébola han estado presentes nuestros profesionales de la salud.
Y más recientemente con la aparición de la COVID 19 también Cuba brindó su ayuda para combatir la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
A más de 40 países y territorios llegaron las brigadas de cooperantes cubanos para enfrentar la pandemia. La primera de ellas laboró desde abril de 2020 y por tres meses ininterrumpidos en la región de Piamonte, Italia.
Son incontables las vidas salvadas en décadas de ayuda médica cubana y quienes intentan desvirtuar su carácter humanitario y presionan para que sea rechazada, cometen un crimen al privar a millones de personas de ese derecho inalienable.
Pero Cuba no renuncia a su compromiso con la vida y a esa máxima del pensamiento del Héroe Nacional José Martí de que "Patria es humanidad" para seguir brindando su asistencia a los más humildes.