Pequeñas víctimas colaterales

Editado por Maite González
2021-09-15 07:40:26

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En muchos hogares que perdieron su fuente de ingresos, no tienen más alternativa que dar a sus hijos alimentos de mala calidad, la llamada “comida chatarra”. Europa Press

Por: Guillermo Alvarado

La pandemia de covid-19, cuya duración ha sido mucho más prolongada de lo que se preveía hace más de un año, está causando severos daños entre los niños y adolescentes de todo el mundo, en particular en los sectores de la salud, la alimentación, acceso a la escuela y aumento de la pobreza.

Agencias internacionales y organizaciones no gubernamentales llaman la atención a los gobiernos, sobre todo en las regiones menos favorecidas, para hacer un esfuerzo y garantizar los derechos de la infancia, que han sido limitados por la crisis sanitaria.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, advirtió hace pocas horas que en América Latina y El Caribe está ocurriendo una verdadera epidemia de obesidad infantil, que puede ser tan grave, o más aún, que la desnutrición, un problema crónico en algunas zonas del área.

Se trata de un fenómeno muy vinculado con la pandemia, pues en muchos hogares que perdieron su fuente de ingresos los padres no tienen más alternativa que dar a sus hijos alimentos de mala calidad, de la llamada “comida chatarra”.

Son productos sobre elaborados, hechos con materias primas inadecuadas,  bebidas azucaradas, de fácil acceso, baratas y objeto de una gran publicidad.

El consumo excesivo de tales artículos, además de la falta de ejercicios por el cierre de las actividades escolares, han provocado que tres de cada diez menores, de entre 5 y 19 años, tengan problemas de sobrepeso en la región.

La UNICEF precisa que por la pandemia se perdieron millones de puestos de trabajo, sobre todo en el sector informal, lo cual incrementó la pobreza, al mismo tiempo que subieron los precios de los alimentos, lo que hace muy difícil mantener una nutrición sana y balanceada.

El cierre de los centros educativos, además de los retrasos y la baja calidad del proceso de aprendizaje, trajo aparejada la falta de ejercicios y para muchos niños, también, el final de la comida escolar que representaba la oportunidad de ingerir un tiempo de alimentación más o menos adecuada.

Recientemente la ONG KidsRights, Derechos Infantiles, dijo que millones de jóvenes en todo el mundo pueden sufrir una “catástrofe generacional” si los gobiernos no reaccionan ante esta situación.

Según esta organización no gubernamental, detrás de la pandemia se oculta el hecho de que unos 80 millones de infantes vieron interrumpido el ciclo de vacunación contra otras enfermedades, lo que tendrá efectos en su salud a corto y mediano plazo.

Son tragedias habituales en millones de hogares pobres, pero invisibles para el gran público, o los grandes medios de información.



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