Fotos cortesía del entrevistado.

Por: Nuria Barbosa León

En la familia de la Universidad Tecnológica de La Habana, conocida como Cujae, se formó el joven de Zimbabwe, Knowmore Kariye Kalunga, en la carrera de Ingenería Eléctrica, desde septiembre de 2019 a marzo de 2025. 

El vino de la ciudad de Masvingo, al sur del país y nos cuenta:  La beca se ofertó respondiendo a las buenas relaciones bilaterales que existen entre el gobierno de Zimbabwe y Cuba. selecionado por mi curriculum de estudio preuniversitario. No tenía concebido previamente venir a estudiar a esta isla sino que me anoté en un listado para que se me ofreciera cualquier beca gratuita en que pudiera graduarme como ingeniero. Me seleccionaron para Cuba.

Al llegar, claro que me impactó las diferencias culturales. Cuando se viene  a otro país, no queda otra que asimilar las divergencias y enfocarse en las metas. De hecho tuve momentos con impulsos de desistir, principalmente en el primer año, sentía que no podía dominar el idioma español. Por suerte, mi familia y mis amigos que hice en Cuba me dieron consuelo para sentirme mejor y sortear las dificultades. Pienso que no se trata de una mera adaptación sino de vencer desafíos y alcanzar propósitos planificados."

Yo crecí con el deseo de verme graduado de ingenería y hoy quiero ser un buen profesional. En la etapa estudiantil me ayudó saber y sentir que estaba en el camino para alcanzar mi meta. Ahí radicó mis fuerzas para canalizar mis energías. Cada día me levanté mirando siempre hacia el futuro. 

El momento más feliz en mis casi seis años en Cuba fue cuando defendí mi tesis de grado y cuando mis profesores me dijeron la nota. Hice una investigación sobre cómo maximizar el aprovechamiento de la generación solar por medio de la modelación matemática. Se trata de un estudio acerca de la inclinación de los paneles solares para encontrar la radiación óptima. Cada panel solar tiene un ángulo que favorece obtener la máxima generación eléctrica, por eso se deben realizar cálculos matemáticos para buscar la mejor posición. Esto nos sirve porque el mundo hoy apuesta por la explotación de las energías renovables que sean sostenibles y no dañe el medio ambiente, algo que está llegando tanto a Zimbabwe como a Cuba.

Al concluir la exposición de la tesis mis profesores elogiaron mi recorrido como estudiante y en ese momento reflexioné acerca de lo vivido en Cuba. Ahí reconocí que logré mis objetivos. Sentí que algo me llenaba de orgullo personal. Fue entonces que me dije: “Lo logré”.

Por eso solo pronuncié palabras para agradecer a mis profesores, a la Universidad, a Dios, a mis amigos y todas las personas que me apoyaron en este tiempo, por todo lo que he vivido en mi corta edad. También agradecí a mi gobierno y al cubano por la oportunidad de concretar mis sueños.

Los momentos más tristes debo referirlos a los días de aislamiento social por el azote de la pandemia por Covid 19. Fueron momentos de incertidumbre y por eso sufrí de dolor de cabeza y malestares causados por stres. Para mi no fue fácil estar encerrado y saberme lejos de la casa y la familia. En esos días también quise regresar y abandonarlo todo. Incluso hice los documentos, pero cerraron los aeropuertos y no pude viajar, por tanto me quedé y luego cambié de decisión.

¿Mi asignatura favorita? No tengo una sola, sino varias. Te puedo mencionar tres: Protecciones, proyecciones y centrales eléctricas. Disfruto mucho de los cálculos, me gusta trabajar con la matemática y la física, incluso en los momentos de ocio me pongo a realizar ejercicios didácticos como un juego.

Hablando de mis planes futuros, quiero continuar superándome. Me he propuesto como meta que en los próximos cinco años voy a concluir mi maestría en energía renovable y sostenible, luego dependiendo de las oportunidades que encuentre voy a trabajar en el doctorado. Me interesa emplearme en alguna entidad gubernamental en mi país y desde ahí apoyar estrategias que puedan servir a la población.

De Cuba me llevo muchas enseñanzas. Me enseñó que para tener éxitos en cualquiera de las actividades de la cotidianidad, hace falta tres elementos: Uno, el enfoque en lo que quieres alcanzar; dos, la determinación en perseguir tus objetivos; y por último la flexibilidad porque el entorno es dinámico.

Todo ello es necesario para recibir los cambios y ayudar al cambio. Esa transformación siempre deberá conducirnos al progreso.