Por María Josefina Arce.
Esta semana Cuba y Hungría celebraron 60 años de relaciones, marcadas por la amistad y la cooperación en diversas esferas, y que hoy buscan fortalecer de acuerdo a las condiciones y características de ambos estados.
En ese camino se ha trabajado en los últimos años y ya se exhiben importantes avances como el acuerdo suscrito en junio pasado entre el Banco Central de Cuba y el Banco Internacional de Inversiones, en Hungría.
El convenio está llamado a apoyar las posibles Inversiones en la Mayor de las Antillas de empresarios de los países miembros de la entidad financiera, de la cual es miembro el archipiélago desde 1974.
La nación europea también ha estado presente en las distintas ediciones de la Feria Internacional de La Habana, una de las más importantes de América Latina.
Durante su participación en la bolsa comercial se han rubricado acuerdos en la construcción y la industria farmacéutica, entre otros.
Se mantienen por demás, contactos a través del Comité Empresarial Cuba-Hungria, en los que se exploran posibles negocios conjuntos.
Son de interés de los empresarios húngaros los sectores agroalimentario, educación, biotecnología, industria médico-farmacéutica y gestión del agua.
Precisamente en esta última rama ya ha existido una provechosa cooperación que se materializó en la provincia cubana de Cienfuegos.
El intercambio comercial no satisface a las autoridades de La Habana y Budapest, que lo califican de discreto, pero con grandes perspectivas de ampliarse y diversificarse.
Desde el territorio húngaro se importan fundamentalmente, productos químicos, equipamiento electrónico y medios de medición, en tanto Cuba exporta productos tradicionales como tabaco y ron.
Cuba y Hungría están interesadas en llevar a un plano superior los lazos bilaterales y así se ha manifestado en los distintos encuentros entre funcionarios de las dos naciones, que han forjado a lo largo de décadas una relación de amistad y cooperación.