Se agita el fastasma del hambre
por Guillermo Alvarado
Un reciente informe publicado por la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias señaló que el año pasado 295 millones de seres humanos en 53 países del planeta, sufrieron hambre, un flagelo que viene creciendo de manera implacable durante los últimos tiempos.
La cifra constituye un récord negativo para nuestra especie, en particular porque la mayoría de los casos ocurrieron como consecuencia de conflictos armados en distintas áreas del mundo, en particular en Sudán, Birmania y la Franja de Gaza.
Todo parece indicar, señala la institución formada por la Unión Europea, el Banco Mundial y varias agencias de la ONU, que 2025 será todavía peor debido a que los enfrentamientos se multiplican y, además, hay una marcada disminución de la ayuda internacional.
Del total de personas con graves carencias nutricionales, hay por lo menos un 22,6% al borde de la hambruna, algo que no se había visto desde que se comenzó a realizar este informe en 2016.
La situación extrema puede apreciarse en Sudán y Gaza y, en menor medida, en Malí y Haití, indicó el reporte.
El común denominador de estos casos es que la población civil está sometida a situaciones de guerra impuesta, como sucede en Gaza donde además de los constantes y masivos ataques del Estado sionista de Israel, se impide el acceso de ayuda humanitaria.
Muchos niños, ancianos y enfermos palestinos han muerto por hambre, sin que exista una reacción enérgica del mundo y las organizaciones internacionales contra la conducta genocida de Tel Aviv, que realiza una operación de limpieza étnica con el silencio cómplice de parte del mundo.
Más aún, potencias occidentales como Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania mantienen una actitud complaciente y no han reducido su cooperación militar con el régimen de Benjamín Netanyahu.
El documento de la red contrasta con otras informaciones divulgadas en días recientes, entre ellas la intención de Washington de invertir un billón de dólares para modernizar su arsenal nuclear en los próximos 10 años.
Un billón de dólares en Estados Unidos equivale a mil millones y sólo con una parte de ese dinero se podría aliviar la situación de quienes padecen malnutrición o están en riesgo de perder la vida por falta de alimentos.
Esta es otra muestra de que a la insensatez propia de la humanidad, se agrega también una extraordinaria dosis de insensibilidad en la que se jacta de ser la especie superior de nuestro mundo.
