La valía de los cubanos en los Paralímpicos

Editado por Maria Calvo
2016-09-20 15:32:33

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp

por Guadalupe Yaujar Díaz

La décimo quinta edición de los Juegos Paralímpicos 2016 de verano, en Rio de Janeiro cerró sus puertas el domingo último. Cuba ocupo el lugar 18 en el medallero con un total de 8 preseas de oro, 5 de platas y 3 de bronce; y la delegación, 22 atletas y el guía, protagonizo un desempeño que hizo saltar de emoción a todos en la Isla y a millones de personas en el orbe que siguieron el evento desde sus televisores.

De extraordinarios esfuerzos en el desempeño por alcanzar preseas, puestos y marcas establecidas son pocas las naciones que pueden decir que el 50 por ciento de sus integrantes subieron al podio y 11 de ellos galardonados al menos en una ocasión. Ello habla de los valores y la tenacidad que acompaña s los hombres y mujeres de la Isla que hace años, y algunos más bisoños, se ejercitan en las bases de entrenamiento en Cuba y foráneas bajo los recursos del Instituto Nacional de Deportes, INDER, las asociaciones de discapacitados y otros organismos.

Los Juegos Paralímpicos son una competición internacional fundada por Ludwig Utman en 1960, para atletas con ciertos tipos de discapacidades físicas, o funcionales; aunque sus orígenes registra como un pequeño evento británico con los veteranos de la Segunda Guerra Mundial en 1948, hasta llegar a ser uno de los grandes eventos deportivos a finales del siglo XX. Los Juegos promueven el trato igualitario de los atletas con discapacidad con los atletas olímpicos, devenido importante avance social.

Hubo momentos trascendentales en el movimiento Paralímpico. Los primeros Juegos Paralímpicos oficiales, Roma 1960, ya no solo fueron orientados a veteranos de guerra. 400 atletas de 23 países se dieron cita en estos Juegos. Desde esa fecha, los Juegos Paralímpicos se llevan a cabo el mismo año que los Juegos Olímpicos, aunque inicialmente estuvieron disponibles únicamente para atletas en silla de ruedas; en los de 1976 atletas con diferentes discapacidades fueron incluidos. Con la introducción de clasificaciones de discapacidad en los Juegos de 1976 el número de atletas creció llegando a 1600 participantes de 40 países. Los Juegos de 1988 en Seúl, Corea del Sur, marcaron otro momento importante para el Movimiento Paralímpico. Fue la primera vez que los Juegos Paralímpicos de Verano tomaron parte inmediatamente después de los Juegos Olímpicos de Verano en la misma ciudad y usando las mismas instalaciones, sentándose un precedente para los siguientes Juegos de 1992, 1996 y 2000. Eventualmente se formalizó un acuerdo en el 2001, entre el Comité Paralímpico Internacional (CPI) y el Comité Olímpico Internacional (COI) para usar las mismas instalaciones en los Juegos Paralímpicos de Invierno.

Y en el 2001 el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Paralímpico Internacional (CPI) firmaron un acuerdo para garantizar que las ciudades que fueran sede se comprometieran a organizarlos, acuerdo que se extiende hasta los Juegos del 2020.

En su compromiso el COI plantea el derecho de participación para todas las personas bajo los principios de "La práctica del deporte es un derecho humano. Cada individuo tiene la posibilidad de practicar un deporte, sin poder ser discriminado y en el Espíritu Olímpico, el cual requiere comprensión mutua, solidaridad y amistad. Cualquier forma de discriminación orientada a un país, raza, religión, política o género es incompatible con el movimiento Olímpico."

Desde el triunfo de la Revolución en 1959 Cuba reconoce ese compromiso y refrenda el capítulo VII “Derechos, Deberes y Garantías Fundamentales”, artículo 52 de su Constitución: Todos tienen derecho a la educación física, el deporte y la educación.

De ahí que los ciudadanos gozamos de ese derecho, de manera gratuita, recogido en la Carta Magna, por la inclusión de la enseñanza y la practica en los planes del sistema nacional educativo y los medios puestos al servicio del pueblo, facilitándole la práctica masiva del deporte y la recreación.

La cita, recién concluida en Río de Janeiro del 7 al 18 de septiembre últimos, con la asistencia de más de 4300 deportistas de 176 naciones, constituye los primeros Juegos celebrados durante el invierno, los primeros organizados por un país de América Latina, los segundos realizados en el hemisferio sur y los primeros para un país lusófono.

Dentro de cuatro años nuevamente los atletas de la Isla volverán a demostrar, aun con más experiencia y entrenamiento, su valía de consistencia que motiva como el cubano se crece ante las dificultades del bloqueo estadounidense, aún vigente, contra la Mayor de las Antillas.



Comentarios


Deja un comentario
Todos los campos son requeridos
No será publicado
captcha challenge
up