Los afluyentes de la recuperación

Editado por Maite González
2022-11-07 06:45:31

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Por: Roberto Morejón

En tres inmensos afluentes trabajan los pobladores de la provincia cubana de Pinar del Río, con el apoyo del resto del país, para recobrarse del devastador huracán Ian, fenómeno que arrasó el extremo occidental del archipiélago.

Residentes y personal especializado de toda la geografía nacional laboran sin descanso en el restablecimiento de áreas sensibles como la agricultura, viviendas y electricidad.  

Si bien poco más de 90 por ciento de los clientes en la occidental provincia ya disponen del servicio de electricidad, a más de un mes del cruce del huracán todavía en algunos municipios ese indicador es mucho menor.

Es así por la magnitud de la destrucción de la infraestructura básica por los fuertes vientos.

Un ajetreo intenso también realizan los pinareños y fuerzas de otras provincias para reponer en primer lugar los techos afectados total o parcialmente y  devolverles refugio a damnificados.

Miles de pinareños permanecen evacuados en instalaciones del Estado o en viviendas de parientes, porque sus hogares fueron completamente al piso, con la pérdida en muchos casos de la totalidad o de parte de sus bienes.

Para estos últimos se proyectan módulos habitacionales modestos.

Téngase presente que el fenómeno meteorológico dañó la mitad de las viviendas en Pinar del Río, o sea  más de 100 mil, por lo que resultó imprescindible atender organizadamente las solicitudes de los damnificados.

También demanda recursos la agricultura, en la que se aprecian señales de resarcimiento tras la huella del fenómeno meteorológico, si bien los perjuicios fueron mayúsculos. 

Campesinos, miembros de cooperativas y obreros agrícolas se afanan en nuevos cultivos, como el plátano, para aumentar en el menor tiempo posible la disponibilidad de alimentos.

Más lentamente avanza la reparación de naves avícolas y de la rama porcina, en tanto en los organopónicos urbanos ya han repuesto casi siete mil de los ocho mil canteros afectados.

No se puede olvidar que quienes laboran en diversos objetivos económicos y sociales en muchos casos sufrieron daños en sus viviendas y vivieron o aun padecen interrupciones eléctricas.

Vencer la angustia, unirse a los compatriotas de otras provincias y asimilar los donativos solidarios procedentes de otras regiones e incluso de países amigos, constituyen acciones de los pinareños, a sabiendas de que NO han quedado desamparados, aunque la recuperación será larga y ardua.



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