Bartolomé Masó: los valores inmortales

Editado por Maria Calvo
2022-10-11 04:10:43

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Bartolomé Masó, Mayor General del Ejército Libertador de la República de Cuba en Armas

por Loraine Castillo De los Reyes

Una innegable postura patriótica y humanista caracterizó a Bartolomé Masó, Mayor General del Ejército Libertador de la República de Cuba en Armas y su último presidente, durante medio siglo de luchas.

Desde los preparativos junto a Carlos Manuel de Céspedes de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), hasta su fallecimiento el 14 de junio de 1907 en Manzanillo, antigua provincia Oriente, el insigne combatiente supo colocar los intereses independentistas sobre los personales en cada momento histórico.

Manuel Fernández, profesor de Historia en la Universidad de Oriente, destacó la ascendencia adinerada del patriota y su entrega total a la causa revolucionaria iniciada el 10 de octubre de 1868, hecho que motivó a Céspedes a nombrarlo Teniente General del Ejército Libertador.

Según el pedagogo, Masó renunció al cargo al día siguiente por considerarse inexperto en cuestiones militares de tamaña envergadura pese el activismo en la concreción del conflicto, acción que constituye su primera muestra de humildad y desinterés.

El historiador aseguró el desempeño de responsabilidades civiles a lo largo de la lucha y la participación del revolucionario en numerosos combates con reconocidas figuras, forjadores de su madurez como estratega.

Ferviente defensor de la unidad, en 1875 condenó la indisciplina y actitud insubordinada del Mayor General Vicente García y otros militares en Lagunas de Varona, Las Tunas, suceso marcado por el regionalismo, y se opuso de forma enérgica al Pacto de Zanjón en 1878, aunque consideraba la guerra acabada, subrayó Fernández.

Tras sufrir prisión y el exilio durante la llamada Guerra Chiquita (1879-1880), por descubrirse el vínculo con la insurrección, regresó a Manzanillo en aras de revitalizar sus propiedades, destruidas por la beligerancia y el abandono, sin desvincularse de acciones independentistas emergentes.

Considerado por José Martí un hombre de honor y militar de excelencia, Masó asumió la responsabilidad de coordinar el estallido del nuevo conflicto al norte de Oriente como jefe del Segundo Cuerpo de la región, el 24 de febrero de 1895.

De acuerdo con el especialista, tras la muerte del Apóstol y el inicio de la invasión del ejército al occidente del país, manifestó desacuerdo con esta acción por considerar insuficientes las condiciones para ello, actitud que provocó su destitución por Antonio Maceo, reconocido por una intachable rectitud.

Según apuntó, con la exitosa extensión del conflicto fuera de las montañas orientales, mientras ejercía como vicepresidente de la República en Armas, el independentista dio otra muestra de desinterés y patriotismo al solicitar su inclusión en las batallas como un soldado más, condición en la que luchó hasta asumir nuevos cargos militares.

Fernández significó la rotunda oposición del veterano a la intervención norteamericana en el conflicto bélico en 1898 y la posterior crítica a la aprobación de la humillante Enmienda Platt, tras disolverse el gobierno revolucionario y finalizar la guerra.

Resaltó la persistencia como otro de los inmortales valores del manzanillero, evidente en la presentación de la candidatura para convertirse en presidente de la naciente República de Cuba, a fin de defender las ideas por las cuales lucharon y murieron tantos compatriotas durante años.

Bartolomé Masó, fiel amante de la isla y su libertad, constituye ejemplo indudable de patriotismo y ética, valores demostrados en cada ocasión que antepuso los intereses de la madre Patria al orgullo, poder y comodidades. (Tomado de ACN)



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